Bitácora 9
Carlos , un hombre que sabe la historia del centro de Bogotá:
Carlos, al igual que muchas
personas en esta ciudad, es el fiel reflejo de todos aquellos acontecimientos
que muestran la difícil situación que muchas personas en este país tienen que
padecer a causa de la pobreza, partiendo desde la desintegración de la familia.
Sin embargo, a él también le toca asumir un nuevo papel en las calles de Bogotá
a través del “rebusque”.
Ya que a pesar de las
adversidades, él supo cómo poder sobrevivir a un mundo en el que la pobreza
obliga a las personas a tener toda una serie de comportamientos entorno a su
propia subsistencia. Por supuesto, esto es consecuencia de una desigualdad tan
marcada, que a su vez no solamente afecta a las personas con deficiencias
económicas, sino va entretejiendo dificultades dentro del ámbito familiar como
la falta de afecto, el materialismo y la dificultad de acceso a los “Derechos
Humanos” que en este país tienen un costo para garantizar la dignidad a sus
individuos, como salud y educación.
Así pues, valoramos el trabajo de Carlos, que
en medio de su difícil situación hace un trabajo valioso no sólo para la
historia de Colombia, sino para las calles de Bogotá.
Delincuentes capturados de la banda “rompevidrios” y robo a adultos mayores
Con respecto a los
delincuentes capturados de la banda “rompevidrios”, las organizaciones delincuenciales
son un eje peligroso de las consecuencias derivadas de la desigualdad social
que no solo tiene Bogotá, sino Colombia en general. Desafortunadamente, actúan al
contrario de las oportunidades que buscan algunos habitantes de la capital,
para cubrir sus necesidades económicas, a partir del trabajo honesto, legal y
que no perjudica el ambiente de una sociedad tan dinámica como Bogotá.
De otro modo aquellos
sujetos que conforman las bandas delincuenciales, no sólo se excusan en la
“necesidad” ´para llevar el sustento diario a sus familias, sino en el uso de
la violencia y la ilegalidad para conseguir sus objetivos, por ende, acaparan
diversos problemas de seguridad, que a Bogotá le es urgente solucionar.
Sin embargo, todos
aquellos hechos que atemorizan a una sociedad, nos hacen reflexionar seriamente
acerca de cómo nosotros, partiendo desde nuestro criterio personal y civil, estamos
contribuyendo para que estos hechos se sigan presentando o más bien, si los
observamos desde un plano muy superficial.
Los ladrones en Bogotá no dan tregua. Los robos
a adultos mayores, en los que sus cuentas de subsidio son saqueadas, son otra
muestra de la pobre ética que poseen algunas personas solo empeñadas en obtener
un dinero de forma fácil. Las denuncias que hacen diferentes entidades,
individuos o políticos, no son suficientes para detener estos actos de irresponsabilidad
que cada día moldean la situación de estas poblaciones en condición de
vulnerabilidad.
Feliz día del niño
En el marco del día y mes de la niñez, el afán por determinar las condiciones de vida y situación de esta población se hace más evidente y requiere de su total conocimiento. Esos datos y resultados no son nada alentadores, aunque cada año se reduzcan las cifras. Las agresiones a los niños se presentan en todo tipo y modalidad, donde los principales agresores son los mismos miembros de la familia a la que el niño pertenece, a partir de ahí, se genera una duda acerca de si la niñez está segura bajo su hogar o si hace falta un cambio de actitud frente a las demás edades de la capital y de Colombia.
Los objetivos de las actividades del mes de la niñez, patrocinados por varias entidades del estado y también por privados y empresarios, en un principio era el de entregarle a los niños unos día de esparcimiento, pero ahora estos eventos y fechas pueden ser utilizadas en pro de una verdadera reivindicación de los derechos de los niños.
Lamentable panorama de los D.D.H.H
Resultan
preocupantes las altas cifras con respecto a las denuncias, que reciben las
instituciones encargadas de evaluar Y ejecutar acciones cuando se han violentado
los D.D.H.H. En este caso también partimos del “supuesto” de que dichas
entidades, estaban completamente acondicionadas para el manejo a la atención
del usuario, pues así se ahorraba bastante tiempo para la restauración
psicológica, económica y legal de las víctimas.
Como hemos
visto anteriormente en algunos blogs, ya conocemos el lamentable panorama , de
las familias desplazadas víctimas del conflicto armado en Colombia, que residen
en Bogotá no sólo para la restitución y la “utopía” de regresar a sus tierras,
sino para que en el contexto donde se encuentran que es Bogotá, puedan
establecer una vida digna.
Mientras muchos
colombianos que no tienen un acceso digno al sistema de salud, están esperando
por una cita con un especialista o en una sala de urgencias atención inmediata,
el Gobierno Nacional en conjunto con las EPS privadas no son enfáticos en el
manejo que se están dando a los medicamentos.
Un familia
colombiana en promedio, es recetada en
el consultorio de una EPS, por medicamentos
populares y de “dudosa” función íntegra para el organismo, como lo son:
acetaminofén, amoxicilina o ibuprofeno; del mismo modo, demora mínimo un mes
para tener una cita con un médico especialista, sin contar la atención al
usuario y la corrupción que actualmente
involucra a las EPS.
La falta de
conciencia con respecto al Derecho a la Salud, es básico para que se presenten
tan lamentables hechos, aunque cabe recalcar, que existen otro tipo de
medicinas que se practican en la actualidad y que muchas de las patentes son
producto de prácticas y elementos ancestrales como las propiedades curativas de
las plantas, es necesario fortaleces y eliminar las asperezas que conlleva al
maltrato del sistema de salud en Colombia, para que todos los miembros de una
familia puedan complementar su esquema de salud.
FUENTES:
Periódico ADN,
abril 30 de 2013. Pg 9.
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