Disputas fiscales y compromiso por la tierra de la ciudadanía.
27 de febrero al 6 de marzo
La semana se ha visto trastocada de nuevo en
materia de inversión de sector finca raíz; por un lado por la cuestión de La Conejera y por la de la reserva forestal Cerro Verde. Se evidencia entonces que la ciudad vive
actualmente una relación directa entre lo que sucede en materia de urbanismo,
las concesiones de construcción y del impacto medio ambiental que genera.
Mientras las maquinarias urbanizadoras de
agentes financieros combaten en terrenos judiciales por los organismos que
proveen de equilibrio simbiótico a la ciudad, especies no nativas encuentran en
los territorios protegidos un nuevo hábitat. Es por esto que a pesar de las
licencias para construcción urbana que se han efectuado, hoy en día se hace un
esfuerzo desde los diferentes organismos de control ambiental, por mitigar esos
impactos y así mismo hacer una mejor regulación del desarrollo urbano que
afecta la conservación y preservación de las zonas rurales y ecológicas de la
ciudad.
Además de los esfuerzos en la mejora ambiental
de Bogotá por parte de organismos distritales
privados y públicos, es importante un buen uso mediático en la
divulgación y publicidad de los proyectos ecológicos, y así mismo de la
información que permite el conocimiento en torno al medio ambiente por
parte de los ciudadanos capitalinos.
Iniciativas que promuevan la voluntad de
reciclaje y conciencia ciudadana son el foco de un factor de autoestima
colectiva que, si bien no le falta rivales de mala fe, suman al espíritu social
de en sentimiento colectivo muy benéfico para las generaciones venideras,
evidenciando el sentido humano que florece admirablemente. Un revés de cultura
ciudadana consiente y amigable con el medio ambiente puede mantener optimista
el panorama, la población se percata de la necesidad de sostenibilidad y cada
vez hay más medios de un futuro prometedor.
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