El resultado de cuatro meses de investigación: Situación actual del medio ambiente capitalino

Siendo la ciudad de Bogotá una ciudad muy industrializada y que ha sido objeto de poderosas iniciativas de urbanización posee, sin embargo, una cantidad importante de reservas y espacios ecológicos que claramente deberían representar un punto importante de atención en cualquier administración Distrital, pues de ambientes como el páramo, los humedales y los casi 200 cuerpos de agua que posee podemos, como ciudad, abastecernos de recursos para una buena calidad de vida.
Desafortunadamente, a lo largo de estos últimos meses, la mayoría de acontecimientos en relación al medio ambiente capitalino han sido desfavorables, comenzando pues, con la problemática más polémica que se ha generado, el relleno de Doña Juana. Los desbordamientos por la cantidad de basura en un relleno que ya se encuentra a tope, las plagas y gases desagradables (hasta potencialmente dañinos) que han afectado a los habitantes de barrios aledaños quienes se han pronunciado por medio de protestas alegando las que esto ha causado en su diario vivir y las investigaciones por los posibles detrimentos en el presupuesto destinado para el manejo del relleno han sido objeto de gran cantidad de artículos de prensa pero no se ha observado que la problemática realmente haya mejorado de manera sustancial, las quejas continúan.
Por otra parte, en el blog hemos tratado otras circunstancias como la suciedad del aire que respiramos y la repercusión que esto tiene no sólo en nuestra salud, sino también en nuestra economía; el fracking como una situación que no sólo corresponde a la capital pero ante la cual sentimos la necesidad de pronunciarnos, pues nos generó una gran cantidad de cuestionamientos sobre las visiones que se ha formado la administración permitiendo un método de explotación de hidrocarburos tan invasivo y con tantas consecuencias negativas, en especial es un tema frente al que invitamos que se haga una indagación real y eficiente para no terminar con un país absolutamente explotado sin que sus habitantes se hayan siquiera enterado. Finalmente, respecto a los primeros meses de este semestre otra noticia que dio de qué hablar fue la promesa del Alcalde Mayor, Enrique Peñalosa de descontaminar el Río Bogotá hasta el punto en el que los ciudadanos podamos no sólo navegar en él sino incluso nadar por sus aguas, lo cual nos parece quizá una iniciativa demasiado ambiciosa que puede requerir mucho más tiempo del que este informó que tomaría y no tenemos certezas de que realmente se pueda llegar a ese punto de purificación y, sobre todo, cuidado por parte de la ciudadanía para mantenerlo en caso de que se logre.
Es importante mencionar que en buena parte el distrito y la secretaría de ambiente en este periodo de tiempo han realizado procesos de recuperación del medio ambiente, con siembras de árboles, protección de de humedales y ríos cercanos a la capital, y se ha presentado gran evidencia de estos procesos en los medios.
Existen grandes contrastes en la capital en cuanto al tema del cuidado medio ambiental, por un lado, el distrito adelanta procesos de recuperación, pero, paralelamente proyecta incluso un “eco turismo” que de eco no tiene mucho, además de algunos proyectos de urbanización, y no se está pensando en los servicios ambientales de las zonas de reserva que se tienen en mira para dichas intervenciones, y no solo eso,  aunque en el plan se estipula la Gestión de la Huella ambiental urbana este se reduce a la disminución de las emisiones de CO2eq, también se omite la problemática asociada con el agotamiento del área disponible para la disposición final de los residuos en el Relleno Sanitario de Doña Juana.
Por otra parte se  adiciona la postura de la población que en ocasiones por no decir la mayoría de veces toman una actitud de indiferencia por el tema ambiental dejando de un lado y sin tomar conciencia que es una situación que repercute a todos.
En las salidas de campo nos dimos cuenta de las incongruencias que puede llegar a tener el plan de gobierno de esta administración, que realiza actividades para que las personas tengan un sentido de pertenencia en su territorio, y paralelamente tiene proyectos desde el POT donde se contempla una remoción de los habitantes de dichos territorios.
Un hecho más que podemos adicionar a nuestra crítica a la ambigüedad del distrito, es la aprobación de la ley que permite la construcción de plazoletas y ciclorutas incluyendo a los espacios ecológicos como humedales, y la “nueva séptima” que promete comprometerse ambientalmente, pero genera incertidumbres en los capitalinos.
La situación actual de Bogotá, podemos decir que es crítica debido a las incongruencias y ambigüedad del Distrito en adición a la indiferencia por gran parte de la población de la capital.

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